domingo, 20 de agosto de 2017

Recorrido a Instituto de Investigaciones Jurídicas.

El Instituto de Investigaciones Jurídicas se trata de una institución u organismo, adjunto a la Universidad Nacional Autónoma de México, cuya misión consiste en mantener a la vanguardia a la comunidad universitaria, respecto de tópicos en materia jurídica, es decir, se encarga de analizar problemáticas, sociales, políticas y económicas meramente desde un enfoque jurídico, o sea, desde la perspectiva del Derecho por lo general Positivo Vigente; demostrar las ideologías que influyen en determinados momentos históricos y cómo es que éstos se reflejan en el Ordenamiento Jurídico o viceversa. La ubicación del inmueble se encuentra en la dirección Circuito Mario de la Cueva s/n, Ciudad Universitaria, Coyoacán, Ciudad de México.
            Gracias a la oportunidad que tengo de ser estudiante de tercer semestre de la carrera de Derecho en la Facultad del mismo nombre, mi recorrido comienza a partir de ella, cuya localización (Circuito interior s/n, Cd. Universitaria, Coyoacán, Ciudad de México), se encuentra razonablemente en cercanía, puesto que ambos edificios son propiedad de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), específicamente dentro del circuito universitario. Es por esto, que llegar hasta este órgano de investigación no me será tan complicado.
            En este momento (miércoles 16 de agosto de 2017, 9:50 a. m.), me encuentro en la parada de Puma-bus de la Facultad de Derecho y me dispongo a la espera de la Ruta Especial, que tiene una parada justo frente al Instituto de Investigaciones Jurídicas. Me toma sólo cinco minutos lograr mi cometido y ahora sólo espero el momento preciso para descender hacía el Instituto antes mencionado, cuando lo hago, me encuentro de frente hacia el inmueble en cuestión y luce ciertamente imponente, sin embargo, la tonalidad gris de sus paredes y la maleza que fluye a su alrededor lo suavizan un poco, camino por un corredor bastante razonable y entro a él, observo que dentro de la locación no se encuentra mucha gente, pues aún es bastante temprano al parecer.
            Acto seguido, me veo dentro de una bella estancia con mesas con diseños de alta vanguardia, cuyo propósito, me supongo, es una sala de consulta, me percato que los libros se encuentran organizados de acuerdo a diversos criterios como autor, temática eje, niveles de destreza en la materia y mucho más interesante: de acuerdo al donador o recopilador del acervo. Noto que este edificio debe tener al menos otros dos niveles que se encuentran por encima de la planta baja, hasta el momento nadie me presta atención y tampoco busco ayuda, pues aún deseo indagar en el sitio por mi cuenta.
            Así me percato poco a poco de las peculiaridades de este lugar, al que ahora concibo como el “país de las maravillas”, noto que existe un auditorio en el que un amable compañero me comenta se imparten conferencias y coloquios a los que cualquier público puede asistir hasta que el cupo para él se termine, (evidentemente se relacionan de alguna manera con el Derecho, como todo en nuestra vida, claro), le agradezco y sigo con el recorrido, antes de desaparecer de su vista me indica donde se encuentran los administrativos y me comenta la manera en la que puedo hacer consulta de los libros, así como la forma de hacer efectivos préstamos a domicilio, (que no se encuentran permitidos en todos los materiales, me aclara).
            Camino un poco más y me encuentro que al ser transeúnte por los pasillos de este inmueble, puedes deleitar la vista con muestras de arte abstracto, casi todas ellas son referentes al búho, cuyo símbolo se relaciona con la abogacía desde tiempos inmemoriales; pinturas, figurillas, esculturas, se exhiben en conjunto o solitarias para ser apreciadas, aunque no existe ninguna información visible sobre ellas o sus autores. Posterior a eso, llego al jardín, donde una señora muy amable me ilustra, diciéndome que no pueden llevarse a ese punto los libros de consulta, pero que sí se puede fumar, hecho que me deja bastante contrariada.
            Busco a los administrativos, pero me comentan que llegan un poco más tarde, debido a que el deber  los ha llamado a otros asuntos referentes al acervo de una nueva colección o algo por ese estilo, me dispongo a asesorarme con el personal disponible y me familiarizo, (ya un poco apresurada) con el funcionamiento de este Instituto, cuando la señorita de actitud amable, termina su explicación, me da algunas ideas sobre los personajes a los que podría entrevistar según la temática (algunos de ellos, de hecho me imparten cátedra en la Facultad), me felicita por tener la determinación de estudiar una segunda carrera a tan corta edad y mucho más en la modalidad en línea y me facilita algunos materiales informativos.

Agradezco la atención y sus palabras de motivación, para disponerme a regresar a mis clases que comienzan en menos de quince minutos. Subo de nuevo la Ruta especial (las rutas de Puma-bus generalmente con cíclicas, es decir, que empiezan y terminan en el mismo punto), espero la parada a la Facultad de Derecho y arribo apenas con dos minutos de anticipación a mi siguiente clase. Termino así el recorrido.

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